Los accidentes de tráfico son situaciones imprevistas y no deseadas que pueden causar daños a la salud o a la integridad de los conductores, pasajeros, peatones y otros usuarios de la vía.

Además del disgusto y las posibles secuelas físicas o psíquicas, algunos procedimientos jurídicos pueden resultar engorrosos para el implicado. Derechos, responsabilidad o indemnizaciones son algunos elementos a tener en cuenta cuando sucede un percance en carretera y que el adecuado asesoramiento legal puede solucionar.

Por eso resulta fundamental la elección del especialista adecuado para poder obtener la indemnización que pensamos que nos corresponde.

¿Qué hacer si he tenido un accidente de tráfico?

En primer lugar, independientemente de estar implicado en un accidente de tráfico o ser testigo, hay que comprobar si hay heridos y prestarles la asistencia necesaria. En caso contrario se puede incurrir en un delito de socorro.

En el caso de ser el conductor de un vehículo que ha colisionado con otro, hay que rellenar un parte amistoso con el otro conductor. Este documento sirve para dejar constancia de los datos de los vehículos, los conductores, las aseguradoras y las circunstancias del siniestro. Ambos conductores deben firmar el parte y quedarse con una copia. Si no hay acuerdo o el otro conductor se niega a firmar, debes llamar a la Policía o a la Guardia Civil para que levanten un atestado.

También se debe acudir al médico lo antes posible, preferiblemente en las primeras 72 horas tras el accidente, para ser examinado y tener un informe de las lesiones que se haya sufrido. Este informe es imprescindible para poder reclamar las indemnizaciones por accidente de tráfico correspondientes a los daños personales y morales padecidos.

Además, hay que guardar todas las facturas relacionadas con el accidente, como las de la reparación del vehículo, la rehabilitación, los medicamentos, etc.

Una vez que se tenga toda la documentación necesaria, se debe comunicar el accidente a tu aseguradora en un plazo máximo de una semana. La aseguradora se encargará de contactar con la del otro conductor para tramitar la reclamación. Sin embargo, la compañía no siempre puede defender los intereses al 100 % del tomador del seguro, ya que puede tener acuerdos con la otra parte o querer ahorrar costes.

Por otra parte, es importante revisar la póliza de seguros de su vehículo para comprobar el alcance de la cobertura legal del asegurado en caso de accidentes de tráfico. Es algo que se suele pasar por encima cuando se firma el contrato y que solamente cobra importancia cuando sufrimos un percance.

La Ley de Contrato de Seguro incluye el concepto de «defensa jurídica»), el cual obliga al asegurador a prestar servicio de asistencia y hacerse cargo de los gastos en los que pueda incurrir el asegurado en un procedimiento administrativo o judicial, siempre dentro de los límites que fije la póliza.

Asimismo, el asegurado tendrá libertad para designar al abogado que le vaya a representar sin que tenga que seguir necesariamente las directrices de la compañía aseguradora, que en muchos casos se guiará más por sus propios intereses que por los de su cliente.

Las aseguradoras suelen tener convenios con diferentes abogados. Una práctica que presenta un doble objetivo: por un lado el ahorro de los costes que representan la contratación de un abogado privado y por otro garantizarse que actuarán en su favor, especialmente si hay pago de indemnizaciones de por medio.

Tener en cuenta todos estos detalles acerca de la forma de actuar y los plazos legales evitará errores que penalicen que la reclamación llegue a buen puerto.

Ventajas de recurrir a un abogado especialista en accidentes de tráfico

• Elegir un abogado externo a la compañía de seguros permite contar con alguien de la confianza del cliente, además de poder tener un trato personalizado a la hora de informar de los derechos y las opciones legales existentes para reclamaciones e indemnizaciones.
• Al tratarse de un profesional especializado en accidentes de tráfico el cliente tendrá a su favor la experiencia en este tipo de casos.
• Evitar conflicto de intereses, ya que el abogado del seguro cobra de la compañía y puede estar condicionado por sus criterios y presiones.
• Asimismo, se encargará de realizar todos los trámites ante la aseguradora y también de todos los procedimientos relacionados con el accidente de tráfico: gestión de la documentación necesaria (parte de accidente, informes médicos, facturas), análisis del peritaje, presentación de la demanda, negociación de indemnización o defensa en caso de pleito con la compañía por falta de acuerdo.
• El letrado especialista en accidentes en carretera peleará por obtener la indemnización que realmente corresponde, no la que ofrece el asegurador.
• Todo esto lleva aparejado un valioso ahorro de tiempo y de esfuerzo para que la víctima del accidente simplemente se tenga que centrar en su recuperación o simplemente despreocuparse y estar tranquila.
• Confiar en una firma externa no supone un coste extra para el asegurado, ya que su contratación corre a cargo del asegurador. Como la póliza marca unas cantidades económicas, es conveniente no pasarse del límite para no incurrir en gastos. Además, en muchas ocasiones los honorarios del abogado particular irán ligados al éxito de la reclamación.

Tipos de indemnizaciones por accidentes de tráfico

La compensación económica a pagar a las víctimas de accidentes de tráfico por daños y perjuicios se basa en un baremo legal que se actualiza año a año según el índice de revalorización de las pensiones.

Dicho baremo establece los siguientes conceptos indemnizables:

• Daños personales: son los que afectan a la salud o a la integridad física o psíquica de la víctima. Incluyen las lesiones temporales, las secuelas, la incapacidad, el fallecimiento y el daño moral.
• Daños materiales: son los que afectan a las cosas o a los bienes de la víctima. Incluyen los gastos de reparación o reposición del vehículo, los gastos médicos, los gastos de desplazamiento, los gastos de adaptación de la vivienda o del vehículo, entre otros.

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