
La relación entre medicamentos y conducción es más compleja de lo que habitualmente pensamos. Por un lado el uso de ciertos medicamentos nos provocan algunos síntomas que perjudicarían claramente a nuestra conducción: por ejemplo, en primavera con el alto índice de alérgicos, el uso de antihistamínicos previene de estornudos, picor de ojos y lagrimeo… Condiciones que sin duda entorpecen e incluso hacen peligroso ponerse ante el volante, pero ¿somos realmente conscientes de cómo pueden afectar la toma de medicamentos a nuestra conducción?
¿Qué medicamentos pueden afectar a la conducción?
Existe un amplio rango de medicamentos que pueden tener efectos en la conducción. Los más frecuentes son los anticatarrales, antigripales y antihistamínicos (incluidos los de nueva generación que, aunque no tienen efectos secundarios tan fuertes, pueden seguir generando somnolencia)
A continuación encontramos los antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos, antipsicóticos, y relajantes musculares, cuyo efecto sedante se debe tener muy en cuenta antes de situarnos ante el volante.
Por último tenemos los antidiabéticos que requieren un claro control de los síntomas de la hipoglucemia, algunos colirios, antineoplásicos e inmunomoduladores.
Efectos que pueden tener en el conductor
Aunque los efectos del medicamento varían dependiendo del medicamento, la dosis y las características físicas de la persona, debemos prestar atención en los primeros días de tratamiento para comprobar cómo nos afectan antes de decidir si podemos conducir con seguridad durante el tiempo que dure el tratamiento.
Entre los efectos que provocan los grupos de medicamentos citados anteriormente encontramos:
- Somnolencia
- Reducción de reflejos y aumento del tiempo de reacción.
- Alteración en la percepción de distancias.
- Hiperactividad e hiperreactividad.
- Alteraciones oftalmológicas o auditivas.
- Estados de confusión y aturdimiento.
- Alteraciones musculares (calambres, espasmos…)
Actualmente, en la Unión Europea, un 10% de los conductores conducen bajo la influencia de medicamentos. En estos casos el riesgo de accidente se multiplica por dos.
En España, un 5% de los accidentes de tráfico, guardan relación con el consumo de medicamentos, y en la mayor parte de los casos el paciente desconocía los efectos que el tratamiento podía tener sobre la conducción.
¿Qué debemos hacer para prevenir accidentes?
- Consultar al médico o farmacéutico y leer en detalle el prospecto sin pasar por alto la importancia que tiene esta información. Aunque dentro de nuestra rutina los efectos de los medicamentos puedan resultar insignificantes, un leve descenso en la capacidad de atención ante el volante puede ser determinante.
- Evitar conducir en los primeros días de tratamiento o si se produce alguna modificación en el mismo.
- Tomar la medicación en el horario y dosis establecidos por el médico y observar los efectos que produce.
- Si observamos que aumenta la somnolencia y se reduce nuestra capacidad de atención o reacción es recomendable consultar al médico pero nunca suspender el tratamiento ni alterar la dosis que se nos haya recomendado.
- Evitar el consumo de alcohol, ya que puede agravar los efectos del medicamento.
En definitiva, una conducción prudente y responsable no se limita al momento en que nos sentamos ante el volante, sino que debemos prestar atención a todos los elementos que pueden afectar a nuestros reflejos, atención…
En cualquier caso, si sufres un accidente a consecuencia de un estado atencional mermado por los medicamentos, un refriado, alergia… siempre es recomendable recurrir a expertos como Confía Accidentes que defenderán tu situación con las máximas garantías.